Por desgracia es más habitual de lo que parece esta tardanza en el servicio, sino lo habéis comprobado, ahora que se acerca buen tiempo sentaos en una terraza y contabilizáis los minutos que tarda el camarero en tomarnos nota y lo sumáis el tiempo para servirlo. Luego me contáis.
Esta espera en Oxford no pasa, nuestro tiempo de servicio es mucho más corto, forma parte de nuestra política de trabajo, que el servicio al cliente sea inmediato, aunque la cafeteria esté a rebosar.
El cliente tiene que percibir, que no esta perdiendo el tiempo en la espera a ser atendido. Esto hace que el cliente, independientemente de lo llena que esté la cafetería, se acerque a la barra o se siente en mesa para consumir, en lugar de que desde la puerta diga aquello de «Vamos a otro sitio que aquí no se cabe».