Yo no quiero ofrecer al cliente, algo que a mi no me gustaría en su lugar.
Los que nos dedicamos a esta profesión debemos cuidar mucho nuestra imagen y nuestro comportamiento en el local. Es habitual ver a un camarero,sin afeitarse, desaliñado, hablando con un cliente o con un compañero y sin cuidado de no molestar a los del otro lado de la barra.

Tenemos que recibir al cliente con una sonrisa, educación y mucho respeto y debemos de despedirle con un agradecimiento, puesto que es él, EL CLIENTE, quien hace que el negocio funcione.

Una vez en un bar, el camarero se dirigió a mi con un -¿TU QUÉ?- en una actitud más que chulesca, por supuesto no he vuelto.