Hace ya unos años que se produjo el boom de las cafeteras Nespresso en España, y posteriormente se han ido sumando otras marcas como Dolce Gusto o Tassimo. Estas cafeteras emplean café envasado en cápsulas individuales hechas de aluminio o polipropileno. Su popularidad subió como la espuma en todo el mundo, hasta el punto de que en 2015 uno de cada tres hogares estadounidenses tenía una cafetera de cápsulas. En EE.UU. son conocidas como K-Cups (de la marca Keurig). Su inventor, John Sylvan, jamás pensó que se llegarían a utilizar fuera de las oficinas. Ahora dice tener ciertos remordimientos por su invención y se dedica a la producción de energía solar.

El problema de estas cápsulas es que no son ni reciclables ni biodegradables. No importa que las tiremos al contenedor amarillo, terminarán en un vertedero. Ni siquiera aunque las hayamos vaciado en casa se podrían reciclar mediante los procesos existentes debido a su pequeño tamaño. Esto mismo ocurre en la mayoría de países europeos.

Además la legislación no considera a las cápsulas como envases, sino que son tratadas como parte del producto. (En España son equiparadas a las bolsitas de te). Esto complica aún más la tarea del reciclaje, que deberían costear las empresas si se reconocieran las cápsulas como envases (según la legislación en España).

Debido a los problemas que supone el deshacerse de las cápsulas, la marca Nespresso, cuyas cápsulas están hechas completamente de aluminio lacado, facilita su reciclaje a clientes mediante la recogida en sus boutiques y otros puntos. Aunque se conocen las cifras de las cápsulas que se procesan ya que la empresa no las ha facilitado.

Pero no es solo el deshecho el problema de estos productos, se ha calculado que cada café de cápsula que nos tomamos ha generado 82g de CO2 a lo largo todo el proceso, desde la producción del café, hasta el impacto de sus tiendas, pasando por la fabricación de las cápsulas.

La plataforma kill the k-cup lanzó el pasado año una campaña que se hizo viral. Denunciaban que solo en el año 2014 se desecharon cápsulas suficientes como para dar diez vueltas y media a la Tierra.

Soluciones:

-En Suiza la marca Denner lanzó al mercado unas cápsulas reutilizables fabricadas con polipropileno compatibles con la Nespresso, pero en 2011 perdieron el juicio contra la marca y se retiró este producto de la circulación.

En España se comercializan cápsulas reutilizables bajo la marca Emocup, las fabrican compatibles tanto con Nesspresso como con Dolce Gusto.

-El empleo de cápsulas biodegradables, como las de Ethical Coffee, que son fabricadas con fibras vegetales y almidón.

-El ecodiseño; en lugar de buscar soluciones a posteriori, diseñar los productos para que tengan el menor impacto medioambiental posible. Como estas cápsulas totalmente solubles. Están recubiertas de azúcar cristalizado, por lo que no se produce ningún residuo. Pero por el momento es solo un diseño conceptual.

Fuentes:

http://blogs.elpais.com/eco-lab/2011/02/es-una-capsula-de-cafe-un-envase.html

http://www.microsiervos.com/archivo/ecologia/capsulas-cafe-sin-capsulas-desechables.html

http://www.concienciaeco.com/2011/02/24/nespresso-contaminacion-monopolio-explotacion-y…-¿aluminio/

http://www.theatlantic.com/technology/archive/2015/03/the-abominable-k-cup-coffee-pod-environment-problem/386501/