Leyendo el siempre entretenido «Aquí estuve ayer» me encontré con ésta entrada.
Se trata del «Le Café de L’Enfer», ubicado en el barrio de Montmartre, en París, fue inaugurado en los últimos años del s. XIX, tuvo abiertas sus puertas hasta mediados del s. XX, y desde el portero, que disfrazado de demonio te recibía con un cálido «Pase y sea maldito», hasta los más mínimos detalles de su decoración, todo en él evocaba al averno. Todo un prodigio de decoración y un concepto visionario para su época. Podéis leer la entrada completa aquí.